¿Por qué el nombre?

Sé tu mejor versión, sé tu mejor nutricionista

¿Por qué el nombre? Porque tenemos un instinto innato de nutrición. La mayoría de nosotros sabemos lo que nos conviene comer y lo que no, lo que nos va a enfermar y lo que nos mantendrá con salud y vitalidad. Desafortunadamente, muchos de nosotros con el paso del tiempo vamos perdiendo este instinto, empezamos a engordar, enfermar y a adquirir hábitos nocivos para la salud. El ambiente en el que vivimos no ayuda. Básicamente, estamos rodeados de alimentos superfluos, tiendas que venden pizzas, hamburguesas, pollo frito, bebidas azucaradas, pastelería y dulces. También estamos atiborrados de información sobre recomendaciones dietéticas, la mayoría de ellas contradictorias y ambiguas. Encontramos anuncios publicitarios que parecen estar preocupados por nuestra salud y fomentar la educación nutricional, pero su único objetivo es vender. Todo esto combinado con una falta de ejercicio, poco movimiento y muchas horas sentados, tanto en el trabajo como en la escuela. Esto nos ha llevado a ser una sociedad obesa y sedentaria. Y, peor aún, a desconectarnos de nuestro cuerpo.

Nuestro instinto innato de nutrición

Para conocer un poco más sobre nuestro instinto nato de nutrición, voy a mencionar un estudio interesante llamado “results of the self-selection of diets by young children” hecho en los Estados Unidos, en los años 30 tras la gran depresión.

Nacemos con instinto innato de nutrición

Este estudio se llevó a cabo con un grupo de niños que apenas habían dejado la leche materna. Algunos estaban enfermos y otros con deficiencias nutricionales. A los niños se les dio la libertad de comer lo que quisieran y en cualquier cantidad. Se les ofreció para escoger entre 34 diferentes tipos de alimentos, de los cuales, ninguno de ellos eran procesados y los consumieron durante 6 años. De los resultados que obtuvieron en el estudio se pueden mencionar estos datos curiosos:

  • Todos los niños mantenían un peso uniforme, es decir, ninguno estaba ni muy gordo ni muy flaco.
  • Todos los niños se recuperaron de sus deficiencias nutricionales.
  • La cantidad de calorías ingeridas por los niños desnutridos sobrepasaba la media en un principio pero después se estabilizo.
  • Uno de los niños sufría raquitismo al inicio del estudio. Tomó alimentos ricos en Vitamina D, entre ellos aceite de hígado de bacalao hasta que se curó. Una vez recuperado, lo dejó.
  • La distribución de los macronutrientes de la media era: 17 % proteínas, 35% grasas y 48% carbohidratos.
  • Las proteínas seleccionadas siempre eran las de mayor valor biológico.

Es curioso el hecho de que estos niños, sin muchas guías nutricionales y sin supervisión, fueron capaces de alimentarse bien e incluso curarse.

Si observamos en la naturaleza, los animales también cuentan con un comportamiento similar al de estos niños. Llevan una alimentación sana de acuerdo a sus necesidades. Los animales tienen un manjar predilecto; si pones a un grupo de ovejas en un jardín, sólo comerán una determinada hierba. Mantienen este instinto y son muy selectivos. En un entorno natural es difícil encontrar a un animal obeso o con sobrepeso, pero es algo común en los animales que domesticamos.

¡Sigue tu instinto!

Este video curso y guía se hizo con la intención de ayudar al lector a recuperar ese instinto innato de nutrición. Para ello hemos agregado guías, pirámides de nutrición, gráficos, estadísticas e información relevante para ayudarnos a entender qué es lo que realmente tiene peso a la hora de ganar salud, ganar músculo, perder grasa y escuchar a nuestro cuerpo.

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